Trastorno de dolor genito-pélvico/penetración (TDG-P/P)

¿Disfrutas de tu sexualidad?, ¿y de tus relaciones sexuales?

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    Este trastorno es una condición que afecta a la habilidad de la mujer para ser capaz de permitir cualquier forma de penetración vaginal, incluyendo la penetración de carácter sexual, la inserción de tampones y la penetración relacionada con exámenes ginecológicos.

    Es el resultado de un reflejo condicionado del músculo pubo-coccígeo. Este músculo (o, más bien, grupo muscular) sirve de soporte a los genitales, tanto en el hombre como en la mujer. Este reflejo provoca una contracción involuntaria o espasmo muscular que provoca que los músculos vaginales se tensionen repentinamente, lo que genera que cualquier tipo de penetración vaginal, sea dolorosa o imposible.

    La contracción involuntaria o espasmo muscular puede producirse durante todo el acto de penetración o aparecer repentinamente mientras se mantienen relaciones sexuales, o se inserta un tampón.

    Es importante saber que una mujer con este trastorno no puede controlar conscientemente el espasmo muscular. Este reflejo lo podríamos comparar con el reflejo de cerrar automáticamente los ojos cuando se ha lanzado un objeto hacia ti, o con la reacción inmediata de nuestro cuerpo de contraer los músculos del brazo, piernas, cuello y párpados cuando vemos que algo nos va a caer encima, intentando evitar así, algo que nos va a causar dolor.

    Cuando el cuerpo se anticipa a un momento de dolor la reacción inconsciente es la contracción de sus músculos.

    De la misma manera, si el cuerpo asocia las relaciones sexuales con dolor, ansiedad o incomodidad física o psíquica, ante la previsión de ese momento desagradable su reacción será la de contraer los músculos de la vagina cerrándola e intentando evitar lo que va a causar el dolor o incomodidad, la penetración.

    Los síntomas del TDG-P/P varían dependiendo de la intensidad de la contracción de los músculos del suelo pélvico y pueden ir desde una leve sensación de ardor hasta un cierre total de la abertura de la vagina. La severidad del trastorno y del dolor durante la penetración es variable según las características de cada mujer.

    Normalmente el origen de este trastorno lo encontramos en una combinación de causas físicas y psíquicas que provocan que el cuerpo reaccione repentinamente ante la previsión de un momento de dolor, de manera involuntaria y casi refleja, lo cual genera bastante confusión en la mujer que lo padece pues muchas veces no entiende por qué le ocurre eso a ella.

    Esto genera un círculo vicioso, es decir, el cuerpo anticipa el dolor y contrae los músculos del suelo pélvico, esa contracción genera más dolor, el cuerpo se resiste a mantener relaciones sexuales, la resistencia a mantener relaciones sexuales genera frustración y ansiedad que puede llegar a inhibir el deseo, se comienza a deteriorar la relación de pareja, etc.

    El sexo se vuelve cada vez más doloroso, incómodo o desagradable y el cuerpo refuerza e intensifica la respuesta refleja de contracción de la vagina tratando de defenderse del daño y resistiéndose por todos los medios físicos y psíquicos a su alcance a afrontar ese momento.

    Entre las causas para desarrollar TDG-P/P, podemos encontrar:

    A/ Causas físicas

    • Parto
    • Cambios hormonales y menopausia
    • Falta de lubricación o estimulación puntual
    • Cirugía pélvica
    • Medicación

    B/ Causas psicológicas

    • Temor: al dolor, a no estar a la altura, al rechazo, al sexo, a quedarse embarazada, etc.
    • Ansiedad
    • Estrés
    • Problemas de pareja
    • Traumas: debidos a abusos sexuales o violencia de género sufridos por la propia mujer o su entorno inmediato.
    • Experiencias represivas en el entorno familiar o religioso.
    • Educación sexual inadecuada que ha convertido el sexo en algo negativo.

    En algunos casos, las causas de tipo físico, relacionadas con cualquier patología de los órganos pélvicos que pudieron hacer dolorosa la penetración o causaran dolor en épocas pasadas, pueden constituir la base actual para que se establezca un TDG-P/P. En la mayoría de las ocasiones, el trastorno de dolor genito-pélvico está causado y/o mantenido por factores de tipo psicológico.

    Podemos distinguir dos tipos de TDG-P/P:

    Primario o de por vida:

    Cuando una mujer, desde que alcanzó la madurez sexual, nunca ha sido capaz de mantener relaciones sexuales sin dolor.

    Adquirido:

    Sin embargo, hay otros casos en los que la mujer ha llevado una vida sexual normal y satisfactoria pero algunos acontecimientos físicos o psíquicos en un determinado momento de su vida, originan un espasmo muscular en el suelo pélvico que provoca dolor.
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