DEPRESIÓN Y TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO
La depresión es una emoción negativa que impide a los niñ@s disfrutar de la vida.
La depresión infanto-juvenil es un trastorno afectivo, en el que el niño o adolescente que está en esta situación se siente triste, desganado, descontento de sí mismo y de su entorno y en ocasiones, también furioso por todo ello (Del Barrio, 2007).
SÍNTOMAS
Los síntomas depresivos se pueden dar en cualquier situación normal sin ser necesariamente patológicos. La intensidad y duración en el tiempo, el malestar que producen y la afectación a las actividades la vida diaria de los menores, son los criterios que como padres nos harán sospechar que nos encontramos ante sintomatología depresiva que debe ser tratada por un especialista.
1/ Síntomas Cognitivos
- Falta de concentración
- Pérdida de memoria
- Pesimismo
- Indecisión
- Sentimientos de culpa
- Sentimientos de inutilidad
- Baja autoestima
- Ideas de suicidio
- Descenso del rendimiento
- Etc.
2/ Síntomas Psicosomáticos
- Enuresis
- Pérdida de energía
- Sentimientos de fatiga
- Pérdida de peso
- Dolores múltiples
- Pesadillas
- Alteración del apetito
- Alteración del sueño
- Etc.
3/ Síntomas Emocionales
- Irritabilidad
- Tristeza
- Pérdida de la sensación de disfrute
- Soledad
- Ausencia de interés
- Cambios bruscos de humor
- Desesperanza
- Falta de sentido del humor
- Etc.
4/ Síntomas Conductuales
- Inexpresividad
- Hipoactividad
- Letargo
- Enlentecimiento motor
- Hiperactividad
- Aislamiento
- Retraimiento
- Incompetencia social
- Llanto excesivo
TIPOS
Los síntomas más comunes experimentados son:
Según su Naturaleza
Según su Complejidad
Según su Severidad
Según su Origen
Según su Modo o Frecuencia de Aparición
Según los Criterios Evolutivos
Depresión en la infancia y adolescencia
Duelo Complicado Persistente
Más allá de estos trastornos, los niños que sufren depresión presentan una alta comorbilidad con la Hiperactividad, con Ansiedad, con los Trastornos de la Conducta Alimentaria, con los Trastornos de Conducta y con la Dependencia de sustancias en adolescentes.
TRATAMIENTO
El tratamiento psicológico de la depresión infanto-juvenil es una actividad que se centra en la emoción, puesto que es en realidad un desajuste de la emoción (Del Barrio, 2007). Siguiendo esta idea, se toma de referencia el programa emoción-actividad-cognición (PEAC) desarrollado por Méndez (2008).
Esta intervención está centrada en tres fases: educativa, aplicación y consolidación, con tres elementos para el cambio terapéutico: la educación emocional, las actividades agradables y la reestructuración cognitiva, a lo que hay que sumarle otros elementos complementarios, como son: las habilidades sociales, la relajación o la higiene del sueño.
A lo largo de todo el tratamiento, la colaboración paterna será fundamental, ya sea como coterapeutas o como sujetos propios de terapia, con el fin de modificar su comportamiento acerca del problema de su hijo.
