Bullying o Acoso Escolar

“El acoso entre iguales, es VIOLENCIA, no es otra cosa”

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    La violencia escolar es cualquier tipo de violencia que se da en contextos escolares. Puede ir dirigida hacía alumnos, profesores o propiedades. Estos actos tienen lugar en instalaciones académicas (aula, patio, lavabo, etc.), en el entorno del centro y en actividades extraescolares (Serrano e Iborra, 2005).

    Un tipo concreto de violencia escolar es, por lo tanto, la violencia entre iguales. En su forma más general, el fenómeno responde a lo que se denomina como abuso o acoso escolar (bullying), que consiste en una opresión reiterada, tanto psicológica como física, hacía una persona con menos poder, por parte de otro sujeto con poder mayor (Avilés y Monjas, 2005). El conjunto de situaciones de acoso o abuso en sus distintas manifestaciones, ya sea de un grupo sobre una persona o de una persona sobre otra, propicia el desequilibrio entre ellas.

    No obstante, en el bullying encontraremos características específicas que lo diferencian de otras conductas agresivas. Debe existir una víctima (indefensa) que es agredida por un individuo o un grupo (agresores/as), que ejercen su dominio normalmente ante un colectivo (espectadores). Además, debe existir un desequilibrio de poder, que puede ser de diversa índole, produciéndose la acción agresiva de manera repetida, durante un periodo largo de tiempo y de forma recurrente.

    De esta manera, la característica más relevante de los distintos tipos de abuso, es el poder, con independencia de la edad o del tipo de conducta llevada a cabo para favorecer dicho desequilibrio. El abuso adoptará diversas formas: físico, verbal o social (que facilita la exclusión y la propagación de rumores) y psicológico. A su vez podrá llevarse a cabo mediante una ejecución directa o indirecta.

    Es por lo tanto que el término bullying (Olweus, 1998), hace referencia a una forma de maltrato, normalmente intencionado y perjudicial, de un estudiante hacía otro compañero, generalmente más débil, al que convierte en su víctima habitual, y suele ser persistente, pudiendo durar semanas, meses o incluso años. Normalmente los acosadores actúan movidos por un abuso de poder y un deseo de intimidar y dominar, con un componente lúdico perverso, donde la víctima no tiene forma de salir ni sabe cómo afrontarlo.

    Algunos elementos de la interacción dinámica de los sujetos que conforman el grupo-aula contribuyen a reforzar los roles del agresor y de la víctima y otorgan características de líder al agresor, aunque dicho efecto sólo sea reforzado por sus compañeros de pandilla. Esta circunstancia propicia la conducta agresiva de los acosadores y la victimización de las víctimas.

    Tanto es así, que lo que entendemos por acoso escolar o bullying, constituye un proceso en el que:

    a
    Aparecen implicados distintos tipos de conductas de maltrato verbal, psicológico, físico o social hacía uno o varios de sus compañeros con el fin de aislarlos, humillarlos y someterlos: burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático, insultos, etc.
    b
    No existe únicamente un acontecimiento aislado, sino que se repite y prolonga durante cierto tiempo.

    c
    Los acontecimientos son provocados por un individuo o grupo, que generalmente se apoya en otros para focalizar sus acciones contra una víctima que se encuentra indefensa.

    d
    El mantenimiento del acoso se debe a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas, ya que no se interviene directamente.

    e
    Genera un profundo efecto perturbador en el proceso de socialización de los menores, tanto de las víctimas como de los acosadores, pues existen probabilidades de que estos asuman de manera permanente ese rol durante su vida adulta, generalizando su abuso en distintos ámbitos: acoso laboral, violencia doméstica, violencia de género, etc.

    f
    Es muy difícil de detectar, ya que se produce casi siempre en ausencia de adultos, y el resto del grupo, suele callar y proteger con su actitud a los acosadores por temor a convertirse en víctima de ellos.

    g
    Adopta diversas formas y grados, desde el desprecio, el insulto, la amenaza o la agresión, que, en la actualidad, se materializa en el mal uso de las redes sociales y de los instrumentos tecnológicos.

    h
    Los acosadores, de forma consciente e intencionada, buscan hacer el daño a su víctima.

    i
    Suele vincularse a la presencia en la víctima de un rasgo que lo convierte en diferente del resto y, de algún modo, lo coloca en situación de inferioridad frente a él: aspecto, forma de hablar, origen social, cultura, etnia, etc…

    j
    Se debe valorar y evaluar la situación como un tema serio, con consecuencias psicológicas graves. No se trata de “cosas de niños”.
    k
    Es muy difícil que la víctima logre superar la situación por sí sola, ya que en el fondo del proceso se encuentra una relación de poder e indefensión aprendida, en la que el grupo, de algún modo, apoya con su tolerancia implícita, e incluso su participación, ocasional o no, a los acosadores.

    Ciberbullying

    En los últimos años, se ha incrementado el uso de las nuevas tecnologías y con ello la aparición del ciberbullying (también denominado como ciberacoso, acoso cibernético, acoso electrónico, etc) entre iguales.

    Según Smith (2000) podríamos denominarlo como un acto agresivo e intencionado llevado a cabo de manera repetida y constante a lo largo del tiempo, mediante el uso de formas de contacto electrónicas por parte de un grupo o de un individuo contra una víctima que no puede defenderse fácilmente.

    Belsey (2005) lo define como el uso vejatorio de algunas TIC, como el correo electrónico, la mensajería instantánea, los sitios personales… y/o el comportamiento personal en una línea difamatoria, de un individuo o un grupo, que, deliberadamente de forma repetitiva y hostil, pretende dañar a otra persona.

    Aftab (2010) considera ciberbullying cuando un niño o un adolescente es atormentado, amenazado, acosado, humillado, avergonzado o se convierte en el blanco de otro niño, niña o adolescente a través de Internet, tecnologías interactivas, digitales o teléfonos móviles. Tiene que implicar a un menor de edad en ambos lados o, por lo menos, la situación tiene que haber sido instigada por un menor contra otro menor.

    Podríamos hablar de 8 tipos de acoso cibernético:

    1. Insultos electrónicos
    2. Hostigamiento
    3. Denigración
    4. Suplantación
    5. Desvelamiento y sonsacamiento
    6. Exclusión
    7. Paliza feliz (Happy slapping)
    8. Agresión física grabada y difundida virtualmente.

    Síntomas más comunes

    ACOSADOR ACOSADO PASIVO ACOSADO ACTIVO
    – Creencias justificativas de violencia e intolerancia en distintos tipos de relaciones, incluidas las de los iguales.
    – Visión positiva de sí mism@.
    – Preocupación e inquietud.
    – Visión negativa y pesimista.
    – Aparente visión positiva sobre si mism@, pero con dificultades de autoaceptación.
    – Intentan ejercer el dominio y la sumisión.
    – Actitud hostil y desafiante.
    – Actitud pasiva y sumisa. – Actitud activa y defensiva.
    – Dificultades para ponerse en el lugar de los demás – Escasa asertividad.
    – Dificultades de comunicación.
    Conducta pasiva.
    – Manifestación de vulnerabilidad.
    – Déficit habilidades sociales.
    – Tendencia excesiva a actuar.
    – Intervenir sin escoger las conductas adecuadas.
    – Menor satisfacción en su relación con los demás y con los profesores – Mala comunicación con padres y/o profesores. – Mala comunicación con padres y/o profesores.
    – Personalidad irritable, agresiva e impulsiva – Personalidad introvertida o reservada. – Personalidad irritable, agresiva e impulsiva.
    – Bajo autocontrol y baja tolerancia a la frustración. – Elevada ansiedad, inseguridad, bajo estado de ánimo, timidez y baja autoestima. – Elevada ansiedad, bajo autocontrol, bajo estado de ánimo, baja tolerancia a la frustración y baja autoestima.
    – Tendencia a un bajo rendimiento escolar.
    – Pueden ser repetidores.
    – Rendimiento académico superior al agresor. – Problemas de concentración.
    – Problemas rendimiento escolar.
    – Rol de líder.
    – Físicamente fuertes.
    – Popularidad.
    – Presentan alguna desventaja normalmente física (estatura, complexión…)
    – Escasa popularidad.
    – Fuerte impopularidad y rechazo social.
    – Situación social negativa.
    – Actitud negativa hacía la escuela.
    – Situación social de aislamiento.
    – Problemas de aprendizaje o discapacidad.
    – Situación social de aislamiento.
    – Problemas de aprendizaje o discapacidad.
    – Dificultad para tolerar normas sociales. – Normalmente suelen aceptar las normas sociales – Dificultad para tolerar normas sociales.
    – Escaso apoyo y supervisión parental. – Sobreprotección parental. – Relación familiar hostil.

    Tratamiento

    El tratamiento psicológico en el caso del acoso escolar o bullying, normalmente va dirigido hacía las víctimas de dicho acoso, aunque termina resultando inevitable que las actuaciones se generalicen, normalmente, al entorno familiar y escolar del menor implicado.

    La intervención tiene como objetivos la mejora de la autoestima, la mejora de las habilidades sociales y de comunicación, la instauración y refuerzo de habilidades de resolución de problemas y de afrontamiento y la reestructuración de pensamientos distorsionados y desadaptativos.

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