Maltrato infantil

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    El maltrato infantil es definido por Naciones Unidas como “el uso deliberado de la fuerza o poder, real o en forma de amenaza que tenga o pueda tener como resultado lesiones, daño psicológico, un desarrollo deficiente, privaciones o incluso la muerte”.

    Tipologías de Maltrato Infantil

    Según la clasificación más utilizada y aceptada a nivel nacional e internacional que corresponde al Sistema de Clasificación Jerárquico (SCJ), que diferencia entre maltrato activo y pasivo, podríamos hablar de cuatro grandes categorías:

    a
    Maltrato físico: comprende cualquier acción no accidental que provoque daño físico y/o enfermedad al niño.
    b
    Maltrato emocional: Implica respuestas de hostilidad verbal continuada con actitudes de indiferencia, insultos, ofensas o desprecios, los cuales generan sentimientos de desvalorización, baja autoestima e inseguridad personal.

    c
    Abuso sexual: Comprende actividades sexuales de cualquier tipo con un niño/a menor de 18 años por parte de un adulto como vía de excitación/satisfacción sexual del adulto.
    d
    Negligencia: Implica la desatención habitual de las necesidades físicas, de la protección y vigilancia, así como, de las necesidades emocionales de los menores.

    Además de dicha clasificación, en los últimos años han surgido nuevas propuestas a tener en cuenta como son:

    • el maltrato prenatal.
    • el síndrome del bebé zarandeado.
    • el síndrome de Münchausen por poderes.
    • o el maltrato institucional entre otros.

    No obstante, pese a la existencia de dichas tipologías de clasificación, por lo general, existe una alta comorbilidad entre los diferentes tipos de maltrato, siendo infrecuente la existencia de una sola tipología en un menor.

    Consecuencias del Maltrato Infantil

    En los niños menores de tres años, todas las áreas de desarrollo suelen verse afectadas: intrapersonal, interpersonal, física, sexual y comportamental. No debemos olvidar, que el maltrato a edad temprana, puede ocasionar secuelas neurológicas irreversibles, que afecten tanto a nivel biológico, estructural o cognitivo, debido a la existencia de factores traumáticos o estresantes, y su incidencia en un cerebro en desarrollo. En las primeras etapas de la vida, un menor que sufre maltrato puede presentar lesiones físicas y psicológicas, junto con, problemas en el desarrollo del apego y, por lo tanto, se vea dañado el vínculo que el menor establece con las figuras responsables de su cuidado y por extensión incluso a otros adultos.

    En niños más mayores, es habitual encontrar trastornos del sueño, pesadillas, cambios en hábitos alimenticios, problemas comportamentales, pérdida de habilidades adquiridas previamente o comportamiento más retraído ante los adultos, retrasos en su desarrollo psicomotor o pérdida del control de esfínteres, así como dificultades para comprender, graduar y regular sus emociones e impulsos.

    Tratamiento

    El objetivo terapéutico del tratamiento psicológico en maltrato infantil se centra en el restablecimiento del nivel de funcionamiento normal del menor, con el fin de garantizar la elaboración del material traumático. Dicha intervención, en general, se sustentaría, con respecto a los menores, en la disminución de las respuestas de ansiedad y estrés, la regulación emocional, la reestructuración cognitiva, el aumento de la seguridad y el procesamiento del suceso traumático. Por otro lado, es importante trabajar las pautas psicoeducativas y el entrenamiento en habilidades parentales, junto con la generalización de estrategias de seguridad y apego en el entorno familiar, social y escolar.

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