Este periodo post vacacional suele caracterizarse por sentimientos de apatía, decaimiento, hastío, falta de energía y e inclusive falta de atención. También puede producir alteraciones del sueño, tristeza, irritabilidad, falta de apetito; y en casos más preocupantes, también se manifiesta con cuadros de ansiedad y angustia ante la vuelva a la rutina.
De esta manera, la vuelva al trabajo suele conllevar un aumento de las respuestas de ansiedad, debido a una sobrecarga de responsabilidades y al aumento del estrés laboral, que junto a las dificultades en la reorganización del día a día y en las rutinas, y a la falta de sueño que conlleva la readaptación, suele propiciar un incremento de la sintomatología ansiosa.
Cada vez es más frecuente, la presencia de malestar post vacacional, que a su vez aumenta de forma destacada cuando se incrementan los niveles de estrés y de ansiedad en el trabajo.
Por ello mismo, os presentamos varias claves para hacer frente a todos esos síntomas de depresión, ansiedad y estrés que presentamos en nuestra vuelta al trabajo y a la rutina post vacacional.
Practicar diariamente técnicas de relajación
Intentar dormir una 8 horas al día.
No acostarse tarde.
Realizar actividades relajantes antes de irse a dormir (leer o escuchar música tranquila).
Evitar bebidas excitantes que nos puedan sobreactivar (te o café).
Moderar el consumo de tabaco y alcohol.
No Intentar llegar a todo.
Seleccionar las actividades más importantes y relevantes.
Aprender a delegar en otros.
Recordar que el día tiene 24 horas.
Planificar las actividades con antelación.
Dejar tiempo para imprevistos.
Afrontar los problemas, intentando no evitarlos, postponerlos o escapar de ellos.
Cuando veas que eres capaz de solucionarlos y consigas solucionarlos, te sentirás mucho mejor.
Plantear el problema, buscar soluciones, analizar pros y contras de cada solución y elegir la mejor opción.
No existe una solución perfecta.
Una vez tomada una decisión, no volver a sopesarlo más, al final, esto nos creará más ansiedad.
Procurar que el entorno sea lo más relajante posible, especialmente en el trabajo.
Evitar en nuestra medida los ambientes estresantes.
Crear espacios propios libre de estrés donde podamos sentirnos cómodos y relajados.
Evitar añadir nuevos estresores o dificultades a la vida: “En epoca de tempestades, no hacer mudanzas”.
Si estás en un mal momento no es ocasión de dejar de fumar o cambiarse de trabajo.
Practica algún deporte de forma moderada y regular, como andar 30 minutos al día. Te ayudará a relajarte
Evitar actividades físicas extenuantes.
Nadie está libre de problemas.
Intentar manejar la ansiedad para que no domine tu día a día.
Intentar minimizar y relativizar lo que ocurre.
Intentar no sufrir por un problema que aún no existe.
La ansiedad que nos produce una situación dependerá de las consecuencias que preveemos.
No confuncir probabilidad con posibilidad. Que algo pueda ocurrir, no significa que termine pasando realmente.
Comer sano siguiendo la dieta mediterránea.
Aprovechar la comida como tiempo libre de preocupaciones y desconexión.
Dedicar los fines de semana y el tiempo de ocio a descansar y cultivar las aficiones.
Procurar dejar el trabajo en la oficina.
Darse permiso para decir que no cuando lo crea necesario.
Empatice con su interlocutor pero no “pise” sus propias necesidades por satisfacer otras.
Si quiere ayudar a alguien establezca aquellas condiciones que sean aceptables para usted.
Actuar con normalidad.
No preocuparse por lo que los demás puedan pensar de usted o de su problema.
Cuidar a las personas del entorno próximo y dejar que le cuiden.
Evitar conflictos y confrontaciones.
No es momento de sacar a flote rencillas del pasado.
Hay mucha gente dispuesta a echarnos una mano (familia, amigos, psicólogos, compañeros…)
Aprenda a llamarlos y a pedirles ayuda.
No confuncir probabilidad con posibilidad. Que algo pueda ocurrir, no significa que termine pasando realmente.
Reconozca sus intentos, avances, progresos y premiesé.
Nunca menosprecie los logros por pequeños que sean, ejercerán de refuerzo positivo de sus conductas y aumentaran la probabilidad de repetición de las mismas.
Hacer un listado de cosas que nos generan ansiedad y nos dan temor, e intentar afrontarlas paso a paso, empezando por la más fácil.
No dejar que nuestros miedos irracionales nos limiten o condicionen nuestra vida creandonos nuevas dificultades.